Focales o radiales: ¿qué terapia con ondas de choque elegir?

Desde que en 1980 se tratara con ondas de choque por primera vez a un paciente con piedras en el riñón esta terapia y la tecnología que la hace posible ha evolucionado muchísimo. En pocos años el tratamiento con ondas de choque extracorpóreas (ESWT, por sus siglas en inglés) se ha extendido a otros campos médicos y sanitarios más allá de la urología. Así, desde hace ya varios años la cardiología o la rehabilitación, entre otras, se benefician también de esta opción de tratamiento no invasivo.

En fisioterapia su uso no es nuevo y contamos desde hace tiempo con dos tipos de ondas de choque entre los que elegir en función de la lesión a tratar. Hablamos de las ondas de choque radiales (RSWT)  o (RPWT) y de las ondas de choque focales (FSWT). Aunque los estudios clínicos actuales muestran que los efectos de estimulación y el mecanismo terapéutico son bastante similares en ambas, existen diferencias que es importante conocer.

Ondas de Choque Radiales versus Focales copia

Las ondas de choque focales en este  caso están generadas por medio de una activación eléctrica de cristales (sistema piezoeléctrico) y se propagan de forma lineal, es decir, se dirigen hacia un solo punto. Producen baja dispersión de la energía y ejercen una alta presión (entre 100 y 1.000 bares). Estas características permiten a las ondas de choque focales una mayor penetración en los tejidos y actuar a nivel celular, lo que también provoca molestias mayores en el momento de su aplicación.

Este tipo de ondas de choque está especialmente indicado para el tratamiento de puntos gatillo miofasciales profundos, tendinitis de inserción crónica y puntos de dolor local profundos.

Por su parte, las ondas de choque radiales o de presión,  en este caso se generan electromagnéticamente y se propagan de forma divergente. Ejercen una presión baja (equivalente entre 1 y 10 bares). Se aplican sobre tejidos blandos de forma superficial, activando la microcirculación y el metabolismo tisular.

Las ondas de choque radiales o de presión son menos invasivas y dolorosas que las focales. Están indicadas para el tratamiento de tendinosis o tendinitis -calcificadas o no- de codo, hombro y rodilla; en la bursitis trocantérea y síndrome de la fricción de la banda iliotibial, entre otras lesiones más superficiales.

Beneficios en común

Sean del tipo que sean, las ondas de choque extracorpóreas han demostrado tener efecto analgésico y antiinflamatorio, aumentar temporalmente la vascularización y activar la angiogénesis. Además, fragmentan los depósitos calcáreos y estimulan la neosteogénesis en procesos de pseudoartrosis y retraso en la consolidación de fracturas.

Por último, aunque no menos importante, hay que destacar el poder de las ondas de choque, ya sean focales o radiales, como alternativa a ciertas intervenciones quirúrgicas, con la reducción del riesgo que esto supone.

Aquí puedes conocer los equipos de ondas de choque extracorpóreas para rehabilitación fisioterapéutica de PRIM.